La banda lanza mañana en el teatro Cariola su nuevo álbum, El flagelo. Aquí, hablan de por qué estuvieron cerca de separarse, de cómo han vivido el estallido y de lo que opinan hoy en torno a Jorge González.
A las siete de la tarde como todos los martes, Fiskales Ad-Hok, una de las primeras agrupaciones punk chilenas, se reúne a ensayar las canciones de El flagelo, disco que lanzan mañana en el Teatro Cariola —cita que cambió de lugar después de estar anunciada para el Coliseo—, luego de 10 años de pausa creativa. La sala de ensayo está en una esquina del mítico Barrio Yungay, donde un mural en rojo y negro algo despintado, ejecutado por el artista visual Tomás Ives (autor de las comentadas imágenes del show en Lollapalooza 2019) da la bienvenida.
En ese marco de belleza desteñida, nos adentramos en la cotidianidad de la banda, creadora en su estilo de algunas de las líricas más filosas de los años 90 y que se prepara para volver con todo a las trincheras del combate ideológico y musical.
Álvaro España es el primero en llegar. Nos invita a subir las escaleras que conducen a la sala. Antes de entrar, algunos amigos y conocidos conversan sentados alrededor de una mesa. Hace calor y la mayoría lo mata con heladas cervezas.
Fotos: Andy Ruiz.
La puerta tiene un candado y el logo ‘Fiskal’ pintado sobre ella. Una vez adentro, nos recibe el calendario de un gato haciendo una selfie con dos perros pegado en la pared. Atrás de la batería, cuelga un lienzo negro con el logo de Fiskales en blanco, y al otro extremo, una pizarra con un texto que no se alcanza a dilucidar. Mientras llegan Roli Urzúa (bajo), Memo Barahona (batería), Álvaro Salazar (guitarra) y Jaime Alarcón (primera guitarra) se da la conversación por iniciada. A puerta cerrada, sentados en el suelo y recibiendo la brisa que propaga un gran ventilador, los músicos participan de una charla distendida y de grueso contenido social.
Fotos: Andy Ruiz.
Al terminar, toman sus instrumentos, se ubican en sus puestos y comienzan el ensayo, recorriendo en orden el nuevo álbum. Roli toca descalzo, Álvaro usa lentes ópticos y canta con las manos atrás, entrelazadas, mientras lee de un manuscrito las letras de las canciones en un atril. Concentrados y detallistas, se hacen algunos alcances y reinician si es necesario. Se percibe la fraternidad y el respeto interno. Sin duda, el regreso de Fiskales Ad-Hok viene cargado de madurez y disciplina, pero sin dejar atrás el espíritu rebelde y deslenguado con que forjaron su identidad y escribieron letras que hoy suenan más vigentes que nunca.
En una entrevista contaron que la razón de tocar punk tuvo que ver con que era un movimiento rupturista, en cuanto a look y contenidos de crítica social. ¿Cómo fue la experiencia de encontrar un estilo musical que les permitiera expresarse libremente en dictadura?
Álvaro España (AE): Fue espectacular, calzaba con mi estilo. La única opción que había de música protesta contra Pinochet era hippie, y a nosotros nos cargaban, los encontrábamos muertos, pencas, rancios, no calzábamos con la onda.
Roli Urzúa (RU): Fue curioso, lo que me pasó fue que yo militaba ene en cuestiones políticas, y me traía ene drama con la música, me trataban de imperialista por escuchar rock. De repente, en un artículo caché esta huevá del punk y me identificó completamente.
Fotos: Andy Ruiz.
Están a pocos días de lanzar un disco después de 10 años. Se titula El flagelo. ¿A qué hace referencia el nombre del álbum?
AE: Viene de un chiste interno, es el flagelo de la política, el flagelo del mundo en que vivimos.
¿Nos puedes adelantar las temáticas que abordan algunos temas del nuevo trabajo? ¿Persiste el espíritu de denuncia social?
AE: Son un montón de letras nuevas que tienen mucho que ver con lo que está pasando, están dentro del contexto del estallido social totalmente. Terminamos de hacer las letras del disco hace casi un año, y ahora que pasó lo del estallido nos dimos cuenta que las letras tienen que ver con la actualidad del país, sin querer, pero eso es porque en el fondo hablamos de Chile nomás, de forma crítica, con pena y con rabia. No es que propongamos alguna solución, para nosotros las letras son como las fotografías del tiempo y el lugar donde vivimos. Nos ha sorprendido que letras que hicimos hace 30 años, todavía están vigentes, porque no ha cambiado nada. Sentimos que estamos estancados como país.
Fotos: Andy Ruiz.
Sus letras de hace 30 años están absolutamente conectadas con este momento, ¿cómo lo explican?
RU: Creo que todas las bandas han tenido un asidero con el momento, siempre se ha dicho, siempre se ha pensado. La huevá está chueca y las bandas lo expresan en canciones. En lo cotidiano te das cuenta que no alcanza, que el sistema está mal, que el chancho está mal repartido y como artista tienes un escenario para decirlo.
AE: Eso es lo triste, nosotros venimos diciéndolo hace 32 años, por eso «El cóndor» y canciones del año de la corneta están tan vigentes, no es casual.
Otras bandas de esos años también hablaban de esto en la época, como Los Miserables…
AE: Totalmente… «Hay una guerra, guerra en las calles»… (se ríe). «El derecho de vivir en punk»… lo maravilloso es que no pueden culpar a la izquierda o a los comunistas, esto es una manifestación de la gente.
Memo Barahona (MB): Siempre hubo manifestaciones diferentes, esto viene hace rato, en la tele y en la prensa le bajaban el perfil, no le daban la importancia. Esta revolución no tiene color ni bandera, es mucho más potente porque no hay nadie a quién seguir más que a tu corazón con rabia. En unas marchas se sumaron de cola unas banderas del partido comunista y los echaron cagando.
Jaime Alarcón (JA): Para el oficialismo esta huevá está financiada por el comunismo…
MB: Piñera es un monigote de los dueños de este lugar, todo lo que está pasando ahora les toca el bolsillo directamente. En el fondo todo se resume a lucas.
Fotos: Andy Ruiz.
¿Cómo fue el proceso de juntarse, volver a crear, grabar y editar un disco después de 10 años?
RU: Pasamos por movimientos internos, sacamos a gente que no estaba funcionando bien, como el manager. Fue una especie de engranaje de la banda y tomamos el control.
Fue un cambio para bien entonces…
AE: Totalmente. Pasamos un bajón feo pero después volvimos con más ganas que nunca, fue más entretenido.
¿Cuándo comenzaron a grabar el disco?
AE: Es un disco que costó caleta de sacar, lo estamos haciendo hace cuatro años: entramos al estudio y grabamos las bases, nos faltaban las letras, pero tuvimos una serie de vaivenes con la banda, pasamos por una especie de crisis y dejamos el disco guardado por ene rato, incluso en algún momento pensamos en separarnos, pero después retomamos todo de cero. Quedamos sin sala, tuvimos que comprar equipos de nuevo. Volvimos a trabajar en el disco, teníamos el peso de no haberlo terminado y le dimos una segunda oportunidad, hicimos las letras y lo finiquitamos este año. La idea era sacarlo hace algunos meses, pero todo es medio lento: mandar a fabricar, ensayarlo y todo eso. No es que se nos haya ocurrido ahora, llevamos cuatro años en el proceso.
Fotos: Andy Ruiz.
¿Dónde lo grabaron, quién estuvo a cargo de la producción?
AE: En AudioCustom, el estudio de Sebastián Puente, guitarrista de Nuclear. Él es ingeniero en sonido, graba a muchas bandas cargadas al metal o al rock, es un seco. También fue el productor musical del disco y creo que aportó un montón, él es súper profesional, con buenas ideas y con el corazón puesto en el álbum.
¿Quién estuvo a cargo de la gráfica?
AE: Nos unimos a Tomás Ives, amigo de hace mil años que es gráfico, pintor y diseñador. Se nos ocurrió la idea de que nos hiciera las gráficas para el Lollapalooza, que causaron escozor político de la derecha. Hemos trabajado con él felices, él hizo la carátula del disco y ha apoyado en lo que puede con nosotros, el mural que está en la entrada de la sala de ensayo también lo hizo él.
Fotos: Andy Ruiz.
¿Qué sonidos tiene El flagelo? ¿En qué formatos estará disponible?
AE: Tiene mucho de The Clash como siempre lo hemos hecho, hardcore rápido, unos beats más lentos, vientos, otros temas con bronces, hay hartos juegos musicales entretenidos y voces de músicos invitados. Es bien variado musicalmente, mientras que el concepto del disco es bien crudo y está asociado con lo que está pasando en Chile, con rabia y dolor. Es denso, pero lo más lindo es que quedó sonando espectacular. Estará en CD, vinilo, descarga y cassette. Vamos a hacer todas las ediciones que se puedan.
El lanzamiento de su nuevo trabajo se enmarca en medio del estallido social, ¿fue planificado o coincidencia?
AE: Estaba planeado para antes de que pasara todo esto, la fecha estaba lista hace tiempo, es algo que tienes que hacer con mucha anticipación. En algún momento tuvimos un poco de temor de que la coyuntura fuera un impedimento para hacerlo, pero hasta ahora va todo súper bien, esperamos que sea una buena fiesta. No es una celebración, no estamos para celebrar ni una huevá, pero son las ganas de compartir un disco con la gente que le gusta nuestra música y que nos sigue hace tiempo.
Fotos: Andy Ruiz.
¿Cómo fue para ustedes tocar en el escenario de Lollapalooza y cómo se tomaron el impacto que ocasionaron las gráficas de su show?
AE: Nosotros le damos el mismo valor a cualquier escenario, grande, chico, mediano, da lo mismo. Queremos hacer un buen show nomás, lo distinto fue que, sin ninguna intención, le encargamos las visuales a Tomás Ives, que jugó con el logo de Fiskales —que es la cabeza de un español atravesado en una lanza mapuche—. Tomás sacó al español y puso a gente de derecha. Causó un efecto que no habíamos pensado…
MB: Y ese efecto fue casi más relevante que nuestra música, las imágenes fueron tan potentes que la gente se olvidó un poco de lo que hicimos, pero de verdad no fue nada planeado, fue totalmente inocente.
AE: Nosotros estamos acostumbrados a dar siempre el mismo discurso, solamente que íbamos apoyados por imágenes al respecto.
MB: Esta es tercera vez que nos pololeaban para ir al festival. No cerrábamos trato por varios motivos, hasta que llegamos a un acuerdo que nos hacía «sentir bien» y participamos haciendo lo mismo que hacemos siempre, pero «en su propia casa».
AE: Como íbamos a tocar para un público que no tiene nada que ver con el nuestro, queríamos aprovechar el lugar y ser más agudos. Abrió el show un lonko mapuche con un discurso y abrimos con música mapuche, después pasamos a las imágenes, era un show preparado para aprovechar ese escenario gigante, para tirar las puntas con más resonancia y creo que lo logramos.
Fotos: Andy Ruiz.
Quisimos hablar con ustedes después de ese show pero no accedieron. ¿Por qué?
AE: No le dimos entrevista a nadie…
MB: Yo ahora voy a confesar, teníamos una rueda de prensa, a los periodistas que nos habían llamado les dijimos: «juntémonos en una sola locación dentro del mismo Lollapalooza»… y se nos olvidó.
AE: Es que teníamos al lado una barra abierta y nos quedamos comiendo y chupando todo el día. Después nos llamaron los periodistas: «¿oye y los Fiskales?» Y les respondíamos «se nos olvidó, disculpa». Pero creo que fue para mejor, yo cacho que se venía un atado porque todos iban a preguntarnos por las imágenes que habían dejado la cagá y decidimos no hablar.
MB: Les tendríamos que haber dicho a los periodistas «hablen con Tomás Ives» (todos ríen). Más encima, dar la entrevista con el logo del Banco de Chile atrás, no nos iba a dejar muy bien.
Es imposible no vincular estas imágenes con lo que ha pasado en la crisis social: más de 250 personas han sufrido la pérdida de uno o dos de sus ojos por el uso de balines y lacrimógenas percutadas por carabineros. ¿Cómo interpretan ustedes lo que ha pasado durante el estallido en relación a esto mismo? Además, nuevamente se anticiparon a hechos ocurridos en el estallido.
AE: Es macabro. Lo más horrible es que esa asociación la hizo alguien en un meme de derecha pro Kast, como diciendo «¿no les gustó hueviar? Ahora sin llorar» y pusieron la foto de los chicos que perdieron los ojos con nuestra gráfica. Eso es una crueldad que no tiene nombre. Horrible. Ahí muestran el lado B de la derecha, una huevada inhumana, cruel, bastarda a cagar. Mientras el lado A es el resto de la gente que lo único que les importa es mantener su riqueza y les vale un carajo si un huevón pierde uno o los dos ojos. Ellos se van a transformar en héroes del pueblo, hay que respetarlos, cuidarlos y nunca olvidarlos. Que no pase nunca más. Es más, todos los días veo las noticias y digo: «Hasta cuándo van a seguir pegándole a los muchachos».
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Álvaro, en una entrevista de hace dos años, dijiste que ustedes no se casaban con la bandera de ningún color político, que a ustedes les representaba una bandera negra. Otra coincidencia, la bandera que representa el estallido es negra.
AE: La bandera negra con la estrellita la encuentro preciosa, representa totalmente lo que es este país en este momento: cargado de dolor, rabia, odio e injusticia. No puede llevar los colorcitos blanco azul y rojo. Igual es un lindo momento, a pesar de las cosas dolorosas.
RU: Es súper rico sentirse con empatía con la gente, por ejemplo, últimamente sentí orgullo al decir que soy chileno. Es cuático. La situación estaba tan aletargada que la gente no se sentía representada, no reclamaban y estaban súper sumisas. Ahora los ves y me llega al corazón. Es curioso, me siento parte de ellos, yo ya no pienso en banda cuando voy a las marchas, voy como persona a manifestarme con ellos. Es súper bonito, la banda queda en segundo plano.}
Las gráficas de Ives vuelven a aparecer en su video clip «Un palo sin bandera», single de El Flagelo estrenado en agosto de este año. Aquí también se pueden advertir ciertas semejanzas con lo que pasaría dos meses después: una mujer a torso desnudo, con una inscripción en el pecho a modo de protesta y un pañuelo verde al cuello. Es bastante parecido a la imagen que dio vuelta al mundo de Mon Laferte. ¿Sienten que han sido visionarios respecto al momento que vivimos como país?
AE: Con eso queríamos representar al sector femenino que lucha por sus derechos, tratamos de meter a todos los que están peleando por igualdad y dignidad simbólicamente.
En ese video sale un perro también…
(Todos ríen por la cantidad de coincidencias nombradas)
RU: Sí, incluimos la imagen de un perro en el video, lo hicimos en marzo-abril de este año, es una figura que está propuesta desde la Revolución Pingüina.
AE: Existe un tema que se llama «Negro», que ni siquiera nos acordábamos que lo teníamos. Alguien lo usó en Internet e hizo un video clip con el Negro Matapacos y calza perfecto. Se volvió a tocar esa canción, la hicimos hace ocho años.
Fotos: Andy Ruiz.
¿Cómo piensan que el estallido va a evolucionar?
AE: No sé, es tan incierto, no sabemos para donde va, esperamos que haya un cambio positivo para toda la gente, que los huevones bajen el moño, pero todo es tan complicado. Ojalá que el país no quede igual nomás, como si no hubiese pasado nada, eso es imposible, sería un fucking fracaso. También hay que ser iluso para pensar que la situación va a cambiar de un día para otro y vamos a tener el país ideal, eso es imposible.
¿Han visto las manifestaciones de «Un violador en tu camino», del colectivo Lastesis, que se han replicado por todos lados incluso fuera de Chile?
AE: Por supuesto, es hermoso, maravilloso, respeto total.
MB: Es algo necesario, pero triste al mismo tiempo que se tengan que manifestar por algo que ocurre. No debiese ser.
Fotos: Andy Ruiz.
Álvaro, dijiste en una entrevista hace dos años, que en los 80 no les gustaban Los Prisioneros, por que salían en la radio y representaban un movimiento muy popular, pero que luego los valoraron por el contenido de sus letras. ¿Qué te parece que hoy «El baile de los que sobran» sea emblema del estallido social?
AE: Me da una especie de orgullo, cuando era pendejo, de prejuicio punky ahuevonado no me gustaban Los Prisioneros, porque sonaban en la radio, de hecho odiábamos todo lo que salía en la radio. Con el tiempo cachamos su música y amamos lo que hacían.
¿Qué significa para ustedes la figura de Jorge González?
AE: Para mí Jorge es el mejor letrista chileno, y que su canción después de todo lo que le ha pasado como persona, las cosas heavy que le han pasado en la vida, que sea el himno, creo que él se debe sentir con el pecho inflado. Nos sentimos orgullosos como chilenos. Es un honor, lindo, me parece bonito que sea así.
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El lanzamiento de su último disco será mañana. ¿Tocarán con más bandas?
AE: Vamos a compartir con La Floripondio, Electrofobia y con Machuca, que son amigos de la historia. Están todos invitados el domingo 15 a las 7 de la tarde frente a La Moneda. Para nosotros es muy histórico y raro tocar ahí, tiene que ver con el disco, con las letras, con lo que pasa ahora, todo calza.
¿Con qué se encontrará la gente que vaya a verlos? ¿Pueden adelantar un poco del show?
AE: Vamos a tocar el disco en el mismo orden que aparece en el CD. Hay algunos invitados sorpresa que cantaron y grabaron en un par de temas, también músicos invitados de otras bandas. La idea es hacer un show sorprendente, con máxima calidad de sonido y luces, para que la gente lo disfrute al máximo. Las entradas están disponibles en Puntoticket, en el Eurocentro y a través de nuestro fanpage Somos los Fiskales, ahí informamos de todos los detalles del evento.